Fulleros
Hoy existen en el mundo más fulleros que nunca, pero esta palabra, fullero, que define al que no juega limpio, al que hace trampas y se inventa ardides para vulnerar las reglas en provecho propio, se está perdiendo, porque está siendo sustituida por otras que suenan más fuertes. Yo prefiero seguir empleando esta que decíamos los chiquillos en nuestros juegos infantiles cuando alguien hacía fullerías porque es menos estridente. Así que cuando políticos, banqueros, empresarios o cualquier mortal se sirve de lo no permitido para ganar, les llamo fulleros, aunque la ley suele definirlo de otra manera.
Fulleros los hay, en mayor o menor escala y número, en todas las actividades que se conocen. Y, claro está, el fútbol no podía ser la excepción. Por más campañas que se hagan pidiendo el juego limpio en el mundo del fútbol es muy difícil conseguirlo porque goza de muchos recovecos por donde intentar esconder la fullería. Se hace en los despachos y se hace en el terreno de juego, incluso los árbitros cometen alguna vez alguna fullería. La mayoría de las veces, estas fullerías futbolísticas no acarrean grandes perjuicios y hasta hay algunas que divierten al personal, dependiendo de la maña que tenga quien las hace. Pero no dejan de enturbiar un juego que debería ser limpio y no se deben hacer añagazas pare equivocar al árbitro y al público. Me viene llamando la atención Luis Suárez, a quien no le voy a negar sus muchas cualidades de delantero goleador, pero tampoco silenciar su juego empapado de pillería fullera. Compromete a los adversarios y no pierde ocasión de sacar ventaja utilizando todo tipo de recursos que puedan depararle el uso de manos, codos, rodillas y extremidades —ya no usa los dientes— para sacar ventaja simulando después ser él el perjudicado dejándose caer al suelo en cada jugada poco clara. Y no solo es esto, que tan poco ayuda a un colegiado ni a la nobleza futbolística, sino que encima se dispara con declaraciones tan inoportunas y absurdas como las que realizó después del polémico encuentro copero del Barça con el Atlético de Madrid, en el que el más perjudicado fue el equipo colchonero. Luis Suárez, que fue expulsado, sugirió que su club, el azulgrana, proteste insinuando que los colegiados están perjudicando casi por norma al Barcelona. ¿Vería el gol que le anularon al Atleti?