Fulano
de tal

    08 dic 2020 / 16:14 H.
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    Dicen que las desgracias nunca vienen solas, que a una racha de éxitos suele seguir algún que otro tropiezo que da al traste con nuestros sueños y expectativas. Ahora, la suerte de obstáculos se ha visto coronada por la catástrofe de la pandemia y los consecuentes, que no siempre congruentes, desastres económicos y sociales. Pero el instinto de supervivencia nos hace adaptarnos a las circunstancias, sean las que sean, y es ahí donde se nos mide; aunque lo más importante no es qué hacemos, sino cómo lo hacemos. Abraham Lincoln decía: “Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quieres poner a prueba el carácter de un hombre, dale poder”. El español, la lengua de Cervantes y Quevedo, la de Salinas y Baroja, la nuestra, la segunda más hablada en el mundo y ahora despreciada por algunos, demasiados, hecho que me avergüenza y me indigna, posee una belleza que enamora y una sabiduría no falta de humor que nos permite expresar la misma idea de manera más castiza: “Si quieres conocer a Fulanito, dale un carguito”. Siglos de historia avalan la sentencia. Da igual que sea presidente de la comunidad o del Gobierno. Los hay que usan y no abusan y también déspotas que se retratan. Y retratados quedan.

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