Fatiga pandémica

    17 mar 2021 / 11:35 H.
    Ver comentarios

    Covid, pandemia, coronavirus, confinamiento, desescalada, mascarilla, nueva normalidad, epidemiólogo, estado de alarma, toque de queda, cuarentena, distanciamiento social, aerosoles, gel hidroalcohólico, vacuna... Quién hubiera podido imaginar, hace poco más de un año, que estas serían algunas de las palabras más habituales en nuestro vocabulario. En la actualidad, un nuevo término se está popularizando: fatiga pandémica. La fatiga pandémica, según la OMS afecta ya a más de la mitad de la población europea. Tras un año haciendo frente al coronavirus, el sentimiento de incertidumbre, el miedo a la enfermedad, la desesperanza ante el futuro, el aislamiento, el desánimo... pasan factura. Si a esto le añadimos el permanente estado de alerta para poder comprender y cumplir con las continuas, controvertidas y cambiantes normas y restricciones de las distintas administraciones para contener el avance del coronavirus, la consecuencia es un estado psicológico de preocupación, tristeza, desánimo y apatía, que ya ha conseguido que más de un 40% de la población española presente síntomas de ansiedad y depresión. Además, esta fatiga acaba produciendo un desinterés por la información de la pandemia, bajando el cumplimiento de las normas y restricciones impuestas, así como la sensación del riesgo a contraer la enfermedad. La pandemia, además de causar la muerte a más de dos millones y medio de personas en el mundo, ha traído también graves consecuencias psicológicas. Si hemos sido capaces de aprender a vivir sin salir de casa, a teletrabajar, a no poder ver a nuestros seres queridos, tenemos que hacer un último esfuerzo hasta que nos llegue la vacuna. Estos son algunos de los consejos que nos recomiendan los psicólogos: hacer ejercicio físico, llevar una alimentación saludable, tener un descanso nocturno adecuado, realizar actividades gratificantes, mantener contactos sociales (aunque sea de forma virtual), poner en práctica técnicas de relajación e intentar reconocer y controlar las emociones negativas (ira, miedo, tristeza...). Como desconocemos lo que va a suceder mañana, vivamos con atención plena el presente, el aquí y el ahora.

    Articulistas