Europe endless
No sé si recordarán “Europe Endless”, un tema del grupo alemán de música electrónica tecno Kraftwerk. Se trata de un tema en el que indagaban en una expresión musical basada en la experimentación de nuevos sonidos a partir de la tecnología electrónica, un intento creativo por expresar de un modo repetitivo y minimalista la idea de un viaje perpetuo de una Europa símbolo de la vanguardia, situada en los avances de la tecnología y la evolución como el motor de la sociedad, en el marco geoestratégico en el que aún combatía contra las secuelas de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra fría de los bloques que se evidenciaba como una cicatriz sin cerrar en su mapa. Como expresión artística buscaba generar emociones en la búsqueda del deseo un continente unido, considerando que la propia Alemania se encontraba dividida políticamente y buena parte de la configuración de la identidad cultural centro europea estaba sometida a la división política de los bloques. La identidad europea, la idea de una Europa Infinita, sin fin.
Este deseo, del que todos hemos formado parte en la construcción de Europa, con la excepción del fracaso en la consecución de una carta social europea, un garante para la ciudadanía europea, que se frustró en varios de los referéndums; igual habría que replantarlo desde su simbolismo. ¿Europa infinita, un continente en busca de su futuro o el laberinto de la unión? Que Jürgen Habermas centre su análisis de la coyuntura actual habiendo sido un defensor del proyecto de una Europa unida, crítico con sus límites y déficit democráticos, es para tenerlo en cuenta por parte de la izquierda social, en tanto buscan el avance de la identidad europea, sin considerar las respuestas a las crisis considerando la coyuntura. Habermas como un exponente de la teoría critica tiene la lucidez de interpretar los principios de la Escuela de Frankfurt que habría que considerar sus aportaciones a la actual coyuntura. Hay que coincidir en considerar la falta de presión de los países de la unión ante los cambios generados por el auge de los populismos y la inestabilidad que generan cuando llegan al poder como en el caso de Trump. El discurso de una Europa que adopte medidas para marcar su autonomía internacional militar y política, requiere superar los nacionalismos y las divisiones internas, una política disuasoria común. Se necesita más Europa, no dilatar debates. Ante estas exigencias, urge una unidad de la ciudadanía y la unidad de los partidos democráticos. No se puede comprender la actitud de una izquierda de biblioteca, de discursos intelectuales, que no está en la calle, que se debate en los discurso asamblearios, otro modo de populismo, y eslóganes de redes sociales, requieren ante los actuales y previsibles desafíos reevaluar sus estrategias, superando un discurso obsoletos de la Europa del siglo XX. El rearme no es un ávido deseo del “ardor guerrero”, es una necesidad de la reivindicación de la democracia, cuando esta atacada. No son de recibo los discurso que han podido escuchar en nuestro representantes elegidos la pasada semana. Es primavera, quizás sea el momento de recordar Praga, un intento de superar el totalitarismo soviético por los izquierdista occidentales. ¿Por qué empeñamos en repetir la historia? Pensemos como expresaba Camus su idea de Europa, “nosotros”.