Europa, crisis y rearme
Hace tiempo que el viejo continente, y su mayor instrumento político, la UE, vive una crisis muy profunda, por cierto, muy ligada a la decadencia inexorable de Occidente. Siempre digo al respecto, que vivimos algo similar a los años posteriores a la quema por parte de Nerón de la ciudad de Roma, con todo lo de simbólico que ello tiene. Pues bien, los cambios geopolíticos que vienen aconteciendo, acelerados por una Rusia “putiniana”, reflejan que en Europa vamos tarde y mal, estando totalmente descoordinados, descompasados y sin liderazgo. Ahora rearme, de forma prácticamente obligada, decidida por terceros —EE UU—, por tanto aceptada a regañadientes, sin recursos, en el que no se creé y el cual debió decidirse hace ya mucho, incluso antes de la invasión de Ucrania, que esas cosas no son de la noche a la mañana. Con lo cómodos que estaban los incompetentes dirigentes europeos, convirtiéndonos exclusivamente en un Museo, como acertadamente afirmó la señora Botín en el Foro de Davos. La cuna de tanto bien
y democracia universal, va a morir de buenismo maniqueo
y vacío. Sirva de consuelo que son cíclicos e históricos los cambios de civilización, y ahora parece que va tocándonos.