Espíritu navideño

Qué nos quedó de aquellos años infantiles donde todo lo veíamos a través del tamiz de la inocencia? En esta época, seriamente oscura, ya hemos aprendido demasiado de corrupción, de maldad, de guerras e indecencias de los seres humanos. La Navidad tiene mucho sentido hoy. No solo por lo que supone de reivindicación de paz y prosperidad económica para todos los pueblos, sino porque es tiempo de borrar diferencias sociales y unir de verdad los corazones. ¡Necesitamos hoy en España la luz del espíritu navideño! Son en verdad los pueblos los que salvan a los pueblos. No sus dirigentes. Por ello en estas fechas no nos olvidamos de nuestros hermanos valencianos, que siguen soportando olvidos y desgracias. Por eso la Navidad es sinónimo de concordia y de alegría popular. Tiempo de olvidar por unos días las dificultades cotidianas. De ayudar a los necesitados. De volver a emocionarnos, al escuchar las voces celestiales de coros cantando villancicos. De recorrer las calles de pueblos y ciudades primorosamente adornadas por sus vecinos. De volver a hacernos niños para viajar, en las carrozas de la ilusión, con nuestros hijos y nietos. De sacar de las alacenas esas figuritas de barro policromado que convierten los hogares en verdaderos belenes vivientes.