Guerra de las estatuas

Esta guerra de las estatuas y los derribos que se están llevando a cabo tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo es una desgracia absoluta para todos. Creo que tenemos que diferenciar a las personas que se dedicaron al tráfico de esclavos de las celebridades de la colonización. Moralmente, el tráfico de esclavos siempre fue una actividad discutible y anticristiana. En toda época, cosificar a los seres humanos tuvo el sello de repugnante y “esclavistas” los que eliminaba la libertad humana. Ni Cristóbal Colón ni Isabel la Católica participaron intelectualmente de esa práctica. Es más, la reina exigió tratar a todos los indios del Nuevo Mundo como seres humanos, respetuosamente. Los intelectuales como Cervantes o Lope de Vega nada tuvieron que ver con los esclavistas. El tráfico de esclavos ha tenido su punto fuerte en los países anglosajones. Y es allí donde quieren reescribir la historia con los ojos de hoy. Que derriben las estatuas sólo de los esclavistas. Aquí algunos catetos de Mallorca pintan la estatua de Fray Junípero Serra. Como diría un afamado locutor: “hay más tontos que botellines”.