Es pacto

    24 abr 2016 / 11:11 H.

    Cuando en la primera mitad del siglo XIX la democracia era un concepto con el que muy poca gente estaba de acuerdo, los teóricos de la política se enfrentaron con la difícil tarea de organizar todas las instituciones que con el paso del tiempo son la forma y garantía de la vida democrática: el parlamento, la libertad de expresión, la división de poderes, la independencia de la justicia, los partidos, las garantías de seguridad y normatividad universal. Pero además de ello la democracia exigía dos miradas complejas que para nada venían implícitas. Una era la inclusión, es decir, la forma en cómo los ciudadanos deciden cómo eligen a sus representantes. El debate no fue fácil y el voto universal de todos los ciudadanos fue un lento y costoso trabajo. El segundo concepto es la contrastación, fuente de la democracia, espacio del debate y del pacto, la garantía del juego limpio, de la diversidad y del respeto a las mayoría y a las sensibles minoritarias. Claro, que parece que nuestros líderes políticos no se han enterado que hacen política dentro de las reglas de la democracia, que no sólo es que los ciudadanos votemos sino que ellos pacten y acuerden el bien común. Una pena que para ser político no tengas que examinarte de algún tema de primero de ciencia política.