Enseñar a pescar

    15 ene 2017 / 11:41 H.

    Me duele mi tierra. Siempre he pensado que una vida digna solo se consigue con trabajo y esfuerzo. Me molesta, en la enseñanza, oír decirle a una madre que su hijo es inteligente pero perezoso. La verdadera inteligencia nace del trabajo y la lucha por aprender. Hemos crecido en una provincia donde el paro ha ganado por goleada a todos los índices estadísticos. Hogares donde todos sus miembros cobraban el paro, el per, el desempleo, la ayuda, es decir, casa donde entraba más dinero que si estuvieran trabajando. ¿Eso no es un drama social que ahora los que cobran ayudas sean hijos de los que antes cobraban y cobran? Me da pena la Andalucía de las pagas. ¿No habría manera de que los que puedan trabajar en beneficio de la comunidad en los Ayuntamientos, en la Diputación, trabajen? He aprendido que el esfuerzo y el trabajo para ganarse el sueldo es un elemento humanizador que configura positivamente a cada persona. Hay que procurar una vida digna para todos, y a la vez, despertar la inventiva para que la gente no reciba subsidios por no hacer nada sino por colaborar al bien de la comunidad social. Lo demás no educa ni hace una sociedad más justa y digna.