En el origen

    15 ago 2021 / 16:35 H.
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    Nuestra insigne Catedral está dedicada a la Asunción de la Virgen desde la consagración, en 1246, de la antigua mezquita mayor de la ciudad entonces musulmana, tras la conquista de la misma por el rey santo Fernando III de Castilla. El dogma de la Asunción a los Cielos consiste en que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen, cumplido el curso de su vida terrena, fue subida en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este dogma fue proclamado por el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950; pero nuestro rey conquistador, setecientos años antes, ya proclamaba el portentoso milagro de la Asunción de María nada más conquistar Jaén en aquel 1246, conquista en la que sus ejércitos y los de sus ricohombres tuvieron que ver solo en parte, pues no podían doblegar la fortaleza árabe pese a su más que considerable potencia militar, como ya habían doblegado Baeza, Córdoba y muchas otras plazas andaluzas. Jaén se consiguió por la intercesión de Santa Catalina de Alejandría (y antes de la Virgen María, según parece deducirse del expediente de canonización del rey), de ahí también la presencia de ambas en la fachada de la Catedral, como presente se encuentra el rey Fernando.

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