Sin futuro presente

La célebre frase de Antonio Gramsci de que cuando lo viejo no termina por irse y lo nuevo no termina por llegar, en el claroscuro se crean monstruos. Esta es una idea clave para entender está campaña que ahora empieza para ver quien ocupa el Palacio de San Telmo; las encuestas ponen al PP como ganador, por la mínima, y el PSOE piensa que puede dar el vuelco, pero aquí el problema es el futuro, más a más viendo que la izquierda está absolutamente dividida, lo que la debilita y cierra sus mensajes, de hecho, no son capaces de neutralizar la idea de que el mal es social-comunista. Luego tenemos partidos de centro como Ciudadanos que prácticamente desaparecen, obvio. Y está, por último, VOX, un partido que recoge el descontento y sobre todo a los votantes que, por medio de mensajes facilones y violentos, plagados de medias verdades y de daño infinito a los grupos pequeños y diferentes, encuentran una seguridad en este mundo difícil y convulso. Pero esta campaña tiene, además otro valor añadido, el PP de Núñez Feijoo quiere dar aquí su golpe de mano, primero, dejando claro que está es su línea, frente a la de la radical Ayuso, y segundo, imponiendo para esta Andalucía de los experimentos una economía neoliberal con el sesgo de lo técnico y más burocracia. Tiempo de monstruos, sin duda.