El río Betis romano de Quesada

    30 mar 2016 / 17:00 H.

    En una crónica viajera allá por el año 80, escribía sobre la sin par Cazorla, a todo honor y a toda justificada honra, en la que destacaba el paisaje y paisanaje serraniego de este pueblo mencionado por Plinio, geógrafo romano, al que tanto admiro hoy, pero menos que mañana. Cometí un error al dar por cuna al río Guadalquivir moruno en el término de Cazorla, cuando, en realidad se debe al término de Quesada. Precisamente, este error lo cometió Antonio Machado, aunque él era el gran poeta universal, y yo, un constante aprendiz del verso rimado o libre. Me empapé del asunto para no cometer más torpezas leyendo a Lorenzo Polaina. Efectivamente, el río Betis romano, o tal vez Tharsis fenicio, o Guad-El-Kebir moruno, nace en el término de Quesada, en el Poyo de Santo Domingo y en la Cañada de las Siete Fuentes. Es bueno reconocer el axioma, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es de César. Y, sigo con nuestro río, cantor de pastorelas por Quesada y flamenquito por cantiñas en Bonanza gaditana y marinera, donde, después de navegar por la verde fantasía, duerme el sueño de los justos en la mar de Rafael Alberti.