El olivo de Atenea
Pasamos varios días en Atenas. Con soleada sequía invernal visitamos la Acrópolis, varios museos, los populares barrios de Plaka, Monasteraki y otros, navegando por unas islas como Egina. Viviendo en Jaén, productora mundial de aceite de oliva, estábamos en casa al ver muchos olivos en el entorno de la Acrópolis, el Ágora y el monte Filopapos. ¡Un olivo en la Acrópolis! En el mito fundacional de Atenas, en un frontón del templo Partenón, Zeus retó a su hija Atenea y al dios de los mares, Poseidón, a dar un regalo a la ciudad; éste ofreció una fuente de agua salada, Atenea hizo brotar un olivo allí, su diosa titular. Los olivos dieron y dan madera, hoja, aceituna y aceite. Griegos y romanos extendieron el olivar en torno al Mediterráneo, en el Renacimiento los españoles lo llevaron a América con la cultura greco-latina y cristiana. En pinturas y esculturas Atenea viste su peplo, se arma con casco, lanza, escudo y una victoria alada, defendiendo a los griegos con sabiduría, fortaleza y belleza. Clasicismo griego, garantía de Occidente.