El negocio del Everest

    02 jun 2019 / 11:16 H.

    Ocho mil ochocientos cuarenta y ocho metros para llegar a la cima del Everest, el pico más alto del planeta Tierra. A pesar de la dificultad de su ascenso, parece ser que hay colas para llegar a su cima. Vamos, que seguro que lo intentas y te pasa como en el municipio malagueño de Torre del Mar; “cuchi, uno de Jaén”. Pero la diferencia es evidente; mientras que para ir a Torre del Mar te bastan dos horas en coche, nada más, ganas de comer buen “pescaito” e intención de darte un chapuzón en el Mediterráneo; por otra parte, para escalar el Everest, hacen falta muchas cosas y, por desgracia, las cifras de muertes que la montaña se está cobrando últimamente, parecen confirmar que no todo el mundo está preparado para la falta de oxígeno y otras dificultades que se presentan. Ese tipo de turismo está de moda, movido por el negocio y por las grandes cantidades de dinero que genera, pero la realidad es que casi trescientas personas han fallecido en el intento. Algo y alguien tendrá qué hacer algo al respecto, pero me temo que mientras que el negocio sea rentable, poco se hará.