El menda lerenda
Ala Academia de la Lengua Española le cuesta trabajo definir en el diccionario el significado de menda. Las explicaciones que da son cortitas para la intención que gran cantidad de ciudadanos le dan, sobre todo por estos pagos andaluces, donde lo de menda tiene aplicaciones muy diversas, casi todas relacionadas con la picaresca afiligranada de algunos individuos que viven como reyes sin que les cueste demasiado esfuerzo físico, porque con la mollera sí deben trabajar. No crean que es tan fácil vivir del cuento. La prueba es que no todos los que lo intentan consiguen ser un menda lerenda. Para que se desarrolle un especimen de esta naturaleza, muchas veces se precisa un hábitat adecuado, que no se da siempre. Si se hubiera de buscar un ejemplo de lo que es un auténtico menda, habría que pensar en Kiko Rivera. Yo creo que no han existido mendas lerendas como él. ¡Qué tío! Ese sí tiene el hábitat perfecto abonado por la bobaliconería nacional, que riega y hace dar fruto a un hijo de Paquirri y la Pantoja, al que no se le reconoce más mérito que ese de los apellidos para ser admirado como un héroe nacional. Un personaje desordenado tan lleno de arrogancia que parece creer que está por encima de todo, no ya sólo de las formas de conducta de una sociedad ordenada, sino de las propias leyes. Ya no se contenta con no observar las normas de respeto a sus cónyuges —que allá él y ellas— sino que viola las leyes jurídicas con lo que puede provocar graves perjuicios a terceros. Y eso sí afecta a todo el personal.
Kiko, a quien sus ocupaciones laborales no le han permitido tener el examen del carné de conducir, decidió que un papel más o menos no es importante para un menda como él. Y ha sido cogido conduciendo sin carné, con su pareja y sus hijos dentro del coche. Ya había tenido otros problemas con la Jefatura de Tráfico y esta reincidencia le pudiera costar muy caro. El pensará que con un par de programas en el “Deluxe” se arreglará todo. Y a seguir viviendo a su manera. Está muy lejos de mi condición y de mi conciencia desearle mal a nadie. Pero entiendo que si la Ley no ejemplariza con sus correctivos, cada día habrá más mendas. Y, de hecho, están creciendo y los podemos ver vestidos de políticos, de actores, de cantantes, deportistas, etc. que, como no se corta por lo sano, se lo están llevando crudo.