El libro de los abrazos
El pasado jueves se presentó en la antigua Escuela de Magisterio de Jaén “El libro de los abrazos”, una película documental de Alberto Pla para la Fundación La Merced. “El libro de los abrazos” no es un libro de papel, es una historia de Fe, un proyecto educativo, un compromiso firme contra el trabajo infantil. Al acto acudió el padre Tomás García, misionero mercedario, a quien no le faltó en ningún momento la sonrisa del agradecimiento por tanto recibido y logrado. Con este acto organizado por Manos Unidas, pudimos comprobar los allí presentes la gran labor realizada por la Fundación La Merced en la República Dominicana en colaboración con esta ONG. Nuestras aportaciones económicas de cada año en las campañas de Manos Unidas transforman vidas. Con este documental, disponible en Youtube y que recomiendo ver, fuimos testigos de un proyecto modelo referente de cómo transformar realidades dolorosas en vidas esperanzadas; las de los niños limpiabotas, las de los niños que duermen en la calle, las de los niños que piden en los semáforos. Niños y niñas que no han tenido una vida fácil, sin apenas oportunidades. Gracias a esta fundación muchos de estos niños han encontrado esa mano amiga para salir de la calle y vivir su niñez, se han alejado de cualquier tipo de abuso y del trabajo infantil, se han podido insertar en la escuela y han encontrado espacios de formación, oportunidades de desarrollo en la educación, el arte, la cultura y el deporte. Se han podido capacitar en un oficio y así emprender un pequeño negocio que les permita generar ingresos para vivir dignamente. Niños y niñas iguales de importantes que los que sí gozan de otras riquezas, simplemente porque son seres humanos, todos iguales ante los ojos de Dios. Me quedé maravillado por el trabajo de esta Fundación, por su vocación de servicio y ayuda a los más desfavorecidos que, con los recursos de muchas manos amigas e instituciones y con mucho amor, son capaces de mejorar de manera considerable la vida de tantos niños que estaban condenados a vivir en la miseria, la que no queremos para ninguno de nuestros hijos.
