El farolillo rojo

    31 mar 2021 / 10:17 H.
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    El farolillo rojo indicaba que un equipo de fútbol estaba en la agonía y que la próxima temporada bajaría y competiría en una categoría inferior. Esto mismo, y si un milagro no lo remedia, digo la clase política no lo remedia. Jaén, una provincia que anda para atrás como lo cangrejos, más lo que te rondaré, morena. No se merece Jaén tanto palo, tanto desprecio, tanta marginalidad. Jaén merece más, no debe ser un eslogan, sino una realidad tangible, esto es, tocar con las manos una mejoría económica que nunca llega. Jaén, sin excepción de nadie debe llamar con los nudillos en las puertas de la Moncloa, donde se supone que vive un Gobierno para gobernar, y no para dividir a las provincias desamparadas en relación con otras que nadan en la abundancia. El cabreo, oiga, más que justificado está llegando a unos límites insospechados. Si hoy se celebrasen elecciones generales me pensaría a quien voto, lo digo porque votar a quien después se olvida de esta provincia es una majadería. Las cacicadas, los despropósitos, los insultos a la inteligencia, hacia una conciencia colectiva es una constante inadmisible, por cierto, nada democrática. Señores políticos de la cosa: no le echen el culo a Jaén, porque si así lo siguen haciendo les va a oler el careto a caca de la vaca.

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