El dúo bocachanclas

    29 feb 2020 / 11:19 H.
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    El jueves pasado volvió a salir la parejita en la tele. Perros viejos conocidos en miles de saraos de todos los calibres y costumbres, no les hizo falta presentador, ni hubo que empezar aquel acto izando ningún telón. Invitados exclusivos al cameo de quien generosamente les paga, subieron al escenario y a capelo interpretaron su indiscutible papel de inútil jarrón. Cómodamente flotando en la insultante ceguera que les produce haber sido presidente, aparecieron en la pantalla sentados por separado, delante de una espesa cortina. Tiesos, fríos, sin pudor y con mucho ego, rajaron de la actualidad política según sus coincidentes conclusiones. Pasados de rosca y olvidadizos salen siempre, Aznar y González, cuando son llamados a filas. Dos gallitos de armas tomar que antes no se podían ver y que ahora ya sin espolones, ocupan el mismo corral. El uno desde su entrañable y rancia derecha, y el otro porque aunque senil sigue siendo un trepa, no paran de sacar conejos de sus raídas chisteras. Juntos recorren España multiplicando las penas y las heces. Juntos, con el título fantasma de estadistas eternos, hacen milagros con sus minutas.

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