El corazón de cada uno

    13 oct 2025 / 16:16 H.
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    A mitad de camino, entre llegada y salida por el devenir incansable del torrente sanguíneo, trabaja a destajo el motor principal del sistema circulatorio. Suena en el pecho su inconfundible latido perfectamente sincronizado al itinerario y a la velocidad que en cada momento requiera la sangre. El corazón es el único órgano de nuestro cuerpo que tiene voz propia, un músculo hueco que responde en primera persona a todo cuanto acontece en nuestra existencia. Dicen que es el espejo del alma que llevamos dentro, y se le atribuye también la propiedad de nuestra conciencia y de sus debilidades. A mitad de camino, entre la tempestad y la calma por donde transcurren el devenir de los días, pasa a pulso acompasado por nuestro interior el ritmo cardiaco que impone el cuándo y a qué medida sube o baja su aceleración. La opción de vivir pausadamente en un mundo tan deshumanizado y difícil, nunca antes ha estado tan lejos de las manos del hombre. Toca disfrutar, relajarse y descansar en pequeñas porciones, solo o acompañado y cuando buenamente se pueda. O toca intentar vivir con los ojos cerrados a lo que nos rodea, y no hacerle caso al corazón, ni al ruido que lo acompaña.

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