El casposo pasado

La derecha y la ultraderecha, el PP y Vox, al alimón, quieren devolvernos a un pasado en blanco y negro, a una España gris, fascista, gobernada “manu militari”. Sus proyectos políticos no miran hacia delante sino que tienen los ojos clavados en el espejo retrovisor de la historia. Las diatribas contra los inmigrantes son un ejemplo palmario de esta nostalgia reaccionaria. Lo mismo ocurre con los derechos reproductivos de las mujeres. Su ataque sistemático al aborto esconde una visión retrógrada donde las mujeres deben ser reducidas a reproductoras y amas de casa, excepto, claro está, las que son para su disfrute. Quieren que las mujeres paran aunque cuando nazcan no les harán ni puñetero caso: necesitan siervos para su lucro y bienestar. La relación sexual debe limitarse a la reproducción, no al disfrute, excepto si son ellos quienes lo practican. Odian la prosperidad, excepto si es la de ellos. Las políticas fiscales regresivas, los recortes en servicios públicos mientras se subvenciona a la enseñanza privada y concertada, la privatización de la sanidad, todo apunta en la misma dirección. Odian compartir el poder porque lo consideran su monopolio, por la gracia de Dios. Y cuando lo tienen, siempre gobiernan para los mismos: los poderosos. En sus mentes elitistas solo cabe el casposo pasado.