Distopía. Capítulo II

    26 ago 2020 / 17:59 H.
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    Pues si eso parece, se avecinan curvas nuevamente, conocidas muchas de ellas, pero cada vez con más víctimas irremediables por más que hayamos puesto todas las prevenciones conocidas. Para la sociedad habrá dos secuelas muy duras, la educación que seguirá bajo mínimos sembrando disfunciones intelectuales y de costumbres entre los estudiantes, la otra, la economía que se llevará por delante muchas actividades empresariales ya muy mermadas en sus reservas estratégicas, y por ende, cientos de miles de empleos. Pero es que a pesar de los ya larguísimos meses transcurridos, no sabemos cómo encajar esta enferma y apabullante realidad que quiere quedarse y llevarnos al hoyo en muchos más de los casos de los que hubiéramos imaginado. Detecto dedos cruzados y lucha psicológica para no romper el difícil equilibrio emocional que desde hace tiempo nos atormenta al no saber cómo podremos resurgir. Reconozco que hasta mi natural optimismo se está empezando a resentir, porque este mayúsculo apagón en todos los órdenes de nuestras vidas se nos va a llevar demasiadas cosas a lugares irrecuperables.

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