Diseño en la ciudad

    16 sep 2022 / 16:59 H.
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    Existen normas para obras de construcción en las ciudades sobre
    materiales, informe previo de Cultura, sobre cascos históricos, bienes
    de interés cultural, catálogos, dependiendo de cada ciudad, mas, no sé si hay algo
    sobre mobiliario urbano, como bancos, fuentes, farolas...

    Cuando veo alguna plaza o paseo remodelado, vacío de sus asientos, árboles, jardines o fuentes, despojada de su carácter anterior, me pregunto, quién dispone lo que se desestima, ¿se le da una nueva ubicación?, ¿quién diseña el nuevo espacio?, y me refiero al casco histórico o antiguo, ¿lo queremos modernizar?

    En la mayoría de las ciudades de Europa, como Amsterdam en un solo ejemplo, conservan celosamente sus referentes arquitectónicos o urbanos, como los accesos a los pretéritos bares o tabernas, y hacen alarde de su antigüedad, de su historia.

    El diseño arquitectónico rompió, fuertemente, proyectando ya desde 1936 en Estados Unidos, con Frank Lloyd; en 1966 en Francia con Le Corbusier, o en España con Torres Blancas (Sáenz de Oiza). Se había
    declarado la gran libertad
    diseñadora.

    Hablando de nuestra ciudad y sus cambios, observamos que la calle Roldán y Marín fue remozada, ha quedado espaciosa para pasear y en otros usos, como para la Feria del libro que allí se celebró, con buen criterio y resultados. Sin embargo, su calzada se ha cruzado con grandes bloques de piedra a modo de banco sin sostén para la espalda, requisito anatómico para el descanso.

    Añoramos más bancos de los que quedan, de barras de madera sobre soportes metálicos, como en el parque de la concordia y en barrios antiguos. También se añadieron farolas de flores con terminaciones afiladas. ¿Son de diseño? ¿Esta calle está incluida en el casco antiguo o histórico?

    Detrás del edificio de Hacienda hubo obras y quedó la recóndita plaza lisa totalmente. Hace muchos años desaparecieron sus preciosas farolas que poca vista quitaban, al contrario de los árboles, de la plaza de Santa María. Fueron diseñadas para ella,
    y bastante gente las echamos de menos. Ya han remodelado dos o tres veces ese entorno, que aparecía liso y sin escalones, solo a la parte de la Carrera de Jesús, defendido el desnivel por la reja.

    Sin embargo, tenemos el gran espacio del bulevar, amplio en avenidas y jardines, susceptible aún de grandes avances, como la ciudad sanitaria ya casi acabada o la prometida ciudad de la justicia, que esperamos con mucha paciencia, porque es un fin bueno acorde con esa gran idea de Sócrates “la cosas que sirven al hombre son a la vez, bellas y buenas si están en función de su fin”. Hay que conservar y restaurar con cautela, manteniendo su origen, sus características, su identidad histórica. Así lo creo y los turistas parece que lo buscan.

    Lo planteado nos conecta con la idea de que percibimos la realidad en conjunto, conforme estructuras, y no de manera aislada. La teoría de la Gestalt sobre las formas, surgida a primeros de siglo XX, así lo afirma contundentemente, adecuándose al principio activo de la inteligencia, cuyo marco natural es el arte. Comienza un periodo de los profesionales de vanguardia del diseño y la construcción, y emerge en el mundo occidental el constructivismo, el futurismo, el surrealismo, y se cuestiona la estética tradicional.

    Sí, abiertos al futuro. Atentos al desarrollo, a algo más perfecto, como una necesidad
    vital del hombre, aunque guardando celosamente el origen, los tesoros arqueológicos
    y arquitectónicos, el costumbrismo,
    nuestros orígenes y trayectoria o recuerdos, hasta presentar la ciudad con identidad
    propia y sin anular la herencia histórica, abiertos al futuro.

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