Dios o Kali

Alá lo ha querido” o “Dios está con nosotros”. Es la forma de aceptar la realidad por parte de los creyentes de las religiones monoteístas. La fe les hace conformarse con una realidad cruel. Para otros, nada acalla la conciencia ni descarga la sensación de culpa y los miedos que nos atenazan. Enviamos ropa, dinero, fármacos y comida, incluso acogiendo niños. Pero, ¡qué hacer! con la dignidad y las vidas de quienes se quedan. ¡El horror, el horror! decía Martin Sheen cuando narraba la locura, la degradación moral de las operaciones del coronel Kurtz, a quien había ido a aniquilar. Kurtz es un personaje americano de ficción que pudo ser real en la guerra de Vietnam. La ambición desmedida, en la economía y el poder, envenenan la sangre de algunos poderosos cuyo proceder es patológico. Las religiones politeístas, como el hinduismo cuentan con dioses que representan los dos polos de la moral: la terrorífica Kali, es salvaje e irrefrenable, pero sólo el dios Shiváa puede contenerla. En la vida real y en la masacre creada por un coronel Kurtz más poderoso, ya parece imposible que Shiváa refrene al tirano, al asesino que se llama Putin. Creyentes, ateos y agnósticos, “rezamos” ahora para que un rayo traspase a este infernal personaje. Y detenga la masacre.