Dinastía médica

19 dic 2016 / 12:00 H.

El doctor Angel Fernández Sánchez-Solana llegó a Torredonjimeno, procedente de tierras extremeñas, en 1940 para ejercer su ministerio médico. Con él comenzó una dinastía de galenos, integrada por sus hijos, Francisco y Raimundo, y su nieta María. Don Angel dejó una inolvidable huella de respeto y afecto en la vecina localidad tosiriana, por la atención, entrega y cariño con que ejercía su profesión. Le siguieron sus hijos. Paco, entrañable amigo mío desde hace muchos años por su época de dedicación profesional en el mundo del ciclismo amateur y por haber sido durante varios años médico de empresa en el añorado Tejidos Gangas. Pero el protagonista de mi “brisa” de hoy es su hermano Raimundo, por el hecho trascendente en su vida profesional de haber llegado a la jubilación, un acontecimiento que normalmente pone un punto y aparte en la vida. Raimundo Fernández Montero, tras finalizar sus estudios de Medicina en la Facultad de Granada, obtuvo plaza de residente, en 1975, en el Hospital Princesa de España, en el Servicio de Medicina Interna dirigido por el doctor Sillero Fernández Cañete, en el que obtendría plaza de adjunto por oposición pasando después al Servicio de Nefrología tras conseguir el título de la especialidad. Compaginó trabajo en la Casa de Socorro de Martos y, más tarde, tras aprobar oposiciones de Medicina general, ejerció en Jaén, primero en el Ambulatorio de San Roque y, finalmente al Centro de Salud Virgen de la Capilla. En este centro le ha llegado el momento de la jubilación tras más de 42 años de un ejercicio de la profesión alentado por la vocación, la entrega incansable en atención al paciente y su competencia facultativa. Pertenece a la Sección de Medicina del Instituto de Estudios Giennenses y es miembro de varias sociedades profesionales en las que ha mantenido una eficiente actividad. Raimundo está casado con Juana Gassó, farmacéutica, y es padre de cuatro hijos: Raimundo, Juan y José Luis, todos ellos ingenieros, y María, que ha seguido el camino de su padre y su abuelo. Y tiene 4 nietos. El recién jubilado recibió un homenaje de familiares, amigos y compañeros el pasado sábado. Y ya, hala, a ejercer su mayor afición, que es la de viajar por el mundo, a seguir la buena racha de su Real Madrid y, cómo no, dejando un huequecito para cuidar a sus animales y sus plantas.