Desde Jaén, con
J y acento

Pasó con la ministra Montero, se ha repetido esta semana con el diputado Juan Francisco Serrano. A sus señorías de las derechas patrias, no les gusta, es más, detestan sin disimulo alguno, el acento lingüístico de los andaluces. Lo peor no es tanto el desprecio a lo diferente, los retrata como meros imbéciles, lo más grave es el silencio de sus compañeros de bancada andaluces. No salir en defensa del habla andaluza, con nuestra singularidad, nuestros acentos propios, dice bien poco del amor a esta tierra, por cierto, también la suya. Lo andaluz como identidad les produce urticaria, puñetera la gracia oírles soltar esa coletilla tan degradante “tienen esa forma de hablar tan graciosa” Los conservadores dan por bueno, por único y perfecto, el castellano de la zona centro; España siempre fue para ellos la centralidad castellano-madrileña, lo demás es periferia. El odio también se visualiza en el desprecio, los andaluces bien lo sabemos. Desde la tierra de Lorca, Alberti, Machado, Velázquez, Picasso y tantos otros, desde el sur, sin respeto alguno a sus señorías: ¡qué les den!