Descontaminar
la bandera

    28 may 2020 / 16:30 H.
    Ver comentarios

    Deberíamos estar imaginando un futuro de economías solidarias y sostenibles. Y no es pecar de buenísimo ingenuo (que no vendría mal), es que si tras la crisis de la covid-19 continúa ganando el mercado salvaje puede que ese mercado ya no tenga a nadie que le compre. Si las cosas no tienen un precio no las entendemos, pero ¿qué precio tiene la sanidad o la educación públicas? ¿Cuánto supone en el PIB la polinización de los insectos? ¿Y preservar un suelo que ha tardado millones de años en ser fértil? Abogar por una economía sostenible y solidaria significa que lo que yo consuma no quite los nutrientes a otros; que los barcos de arrastre con mi bandera no esquilmen los mares para que los pescadores de otra bandera no tengan que cruzar un mar de muerte hasta mi país; que la crianza de la carne que consumo no siga contaminando el aire, más que todos los vehículos del planeta, ni gaste más agua que todas las casas del planeta. En esas tendríamos que estar, sin embargo los pijolibertarios, debido a su intolerancia a la frustración, se empeñan en contaminar la calle y la bandera. Y a los demás no nos queda más remedio que descontaminar y resignificarlas porque son de todos, mal que nos pese.

    Articulistas