Demasiados verbos

18 nov 2019 / 08:53 H.
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El diccionario español creo que contiene demasiadas palabras, tantas que algunas son tan parecidas e incluso iguales, que solo atendiendo a la ortografía se puede entender su real significado. Así vemos que hierba es una planta y hierva un calentón, que acerbo sea algo agrio, cruel, y que acervo signifique un conjunto de cosas sobre todo relativas a la historia, o que benéfico sea algo bueno y venéfico algo relativo con el veneno. No pararía de poner ejemplos parecidos. El más actual es el verbo pactar, tan en la cresta de la noticia nacional. Ya se sabe que pactar es que diferentes partes lleguen a un entendimiento común. Pero está también el verbo pastar, que define el hecho de comer pasto o, yo añadiría, tratar de la pasta, del dinero. Y ésta es la duda que tengo yo y creo que tienen también gran número de españoles al referirse al pacto relámpago al que han llegado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Prueba de que no soy yo solo el que piensa así son las declaraciones recientes de Felipe González, un socialista de pro, histórico y expresidente del Gobierno. Felipe González, que no es sospechoso de ser antisocialista, ha mostrado su perplejidad al contemplar un pacto de Gobierno donde antes de hablar de programas que traigan el bienestar al país, se habló de reparto de carteras, de sillones, de cuotas de poder y aumento de sus nóminas. Dijo González textualmente que se había empezado a construir la casa del nuevo Gobierno por el tejado en vez de por los cimientos. Tan satisfecho estaba el ex presidente de este primer paso de Sánchez que ni tan siquiera le felicitó por su triunfo en las urnas. González se teme lo peor por venir y con él otros muchos socialistas históricos como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que fue durante 24 años presidente de la Junta de Extremadura, quien ha declarado que si Sánchez pacta con los independentistas él se va del partido socialista.

Pues si así hay quienes piensan del pacto desde dentro de la misma casa, ya me dirán lo que se pueda decir fuera de ella. Hay quienes suelen ver en la pequeña pantalla la actualidad política y “Gran Hermano VIP” y llegan a confundirse de programa. En una y en otro hay ficción, hipocresía, faltas de respeto, pura estrategia para conseguir ganar. Cuando se intenta justificar todo por el pacto, no puedo evitar que me venga a la memoria aquella película de 1991 titulada “Todo por la pasta”.

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