Demasiado fango

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Cuando el presidente Sánchez vino de Doñana, después de esos cinco días que se tomó de reflexión, la palabra fango la traía en los labios. La repetía en todo, con fruición y complacencia, parecía como si la hubiese aprendido por aquellas tierras. Distinto a ese otro “fango” corrupto que lo tenemos instalado en todo. Creo que nunca dijo Sánchez tanta verdad. También dentro de la oscuridad y del fango está el caso Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Venezuela. Sus numerosas y misteriosas maletas en Barajas siguen en la oscuridad desde el 2020. Mucho más fango encierra el caso Bárbara Rey. Los muchos millones “regalados” con galantería por el Emérito. De los cuales no sabremos su procedencia. Si fueron del bolsillo del antiguo Rey o de los fondos del país. Desmanes, pecados, es dolor estafa y pobreza para el pueblo. La Hispanidad también ha sido un fango muy Real, ya que la Realeza terminó pasada por agua. No hubo lucimiento del Ejército. La Hispanidad nos intranquiliza al no saber la cuna de Colón. No era genovés, ni gallego, ni portugués según indicios genéticos. Ahora la teoría más probable es que fuera un judío sefardí. ¡Esto si que es una historia enfangada! ¿judío quizás? Ya puestos a pensar. ¿Sería de Jaén? O quizás de Begíjar, o tal vez de Bélmez de la Moraleda...?

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