Curando el mundo

    17 jul 2025 / 09:00 H.
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    Curando el mundo es el título del libro que acabo de leer. Es el diario de un cirujano nómada, Diego González Rivas, considerado uno de los mejores del mundo y que recientemente ha estado en Jaén. Lo ha hecho para enseñar las técnicas de su cirugía mínimamente invasiva, con lo que facilita y acelera considerablemente la recuperación del paciente. Ha sido en nuestra capital y lo hace por todo el mundo, su vocación docente le ha llevado a 138 países y operado a más de 10.000 pacientes. Es un gran libro para conocer mejor a esta persona, que no duda en enseñar sus conocimientos a cualquier profesional del planeta para que pueda mejorar la vida de cualquier paciente en cualquier lugar remoto del mundo, arriesgando su vida en ocasiones. Tuve la suerte de charlar unos minutos con él y que me firmara un ejemplar. Sus páginas son testigo de su generosidad, bondad, naturalidad y empeño por hacer el bien. Destaco una frase en la que, otra persona refiriéndose a él, escribió lo siguiente: “Las ganas de cuidar y proteger a los demás son inherentes a Diego”. Lo he percibido a lo largo de su lectura, estamos ante una persona feliz y esperanzada que trabaja incansablemente para curar y eliminar todo el dolor que se pueda. Me quito el sombrero ante la actitud de este gran profesional completamente enfocado en curar y aliviar. Ante la enfermedad nada como depositar la confianza en las manos de alguien que sabes que va a dar lo mejor de sí para curarte, las manos de Diego González son esas manos que todos querríamos tener a nuestra disposición en esos momentos difíciles; pero no importa, él se encarga de que haya muchas manos como las suyas para que nos curen y nos alivien. Su grandeza humana le ha llevado a crear la fundación Diego González Rivas, con la que lleva su cirugía mínimamente invasiva a las personas más desfavorecidas en los rincones más recónditos del planeta. Animo a leer su libro, a dejarse empapar por su manera de actuar en la vida, porque la mayoría de nosotros no seremos sanitarios, pero desde nuestra profesión o dedicación, sin duda podemos curar y mejorar el mundo.

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