Cuentos Chinos Alcalaínos (VI)
Nadie sabe por qué la vida a veces nos da lecciones tan difíciles que probamos a no entenderlas, momentos tan complicados, que cambian el rumbo de nuestra existencia. Jamás sabremos como hubiera sido de otra manera, ni por qué el destino nos llevó, por aquel camino. En estos días tan especiales, en los que nos volvemos sensibleros, el corazón habla, el alma escucha, ese dejarnos llevar, sin tanto pensar, nos hace más felices. De una forma innata buscamos paz, armonía y amor, esa magia que conlleva la Natividad. Aunque algunos odien estas fechas, a todos se nos viene algún entrañable recuerdo ligado a esta tradición, un villancico, una comida, una melodía, un ritual, un reencuentro, aquel amigo que grabaste en tu subconsciente, y que vuelve cada año como el turrón. ¡Luces blancas de hospital, dejad el llanto esta noche porque el niño está por llegar! Navidad es Navidad, toda la familia se alegra, porque estando juntos se respira Felicidad. Aceituneros en plena campaña, encomendaros a la Morenita que, siendo tan Pequeñita, es la reina de Sierra Morena, y quiso que su hijo, color de la aceituna, naciera cada año entre olivares. ¡Haz que el precio del aceite sea justo para todos! ¡Felices Fiestas a todos los que tienen la suerte de pisar estas tierras jiennenses!