Cuentachistes

11 mar 2019 / 08:54 H.

El chiste es algo así como tomarse una copa, no cae bien en ciertos momentos ni en ciertas circunstancias. Pero los hay empeñados en contar un chiste venga a cuento o no. Todo es producto de que en España hay exceso de cuentachistes y escasez de humoristas, de creadores de situaciones con gracia. Hay personas que si saben que uno sabe cantar, dibujar, y tiene buen humor que en cualquier bar, aunque no se tenga amistad con ellos, te piden que cantes, que dibujes o que cuentes un chiste. Me decía mi inolvidable Juanito Valderrama que había ocasiones en las que habría preferido ser pianista, porque así no te pedirían que toque el piano en un bar porque en los bares no suele haber un piano. A mí me han llegado a pedir, con una servilleta y bolígrafo en mano, que hiciera la caricatura a un individuo sobre la barra del bar, o que cuente un chiste, así en cualquier situación. La gente es así y no hay que tomarlo a mal, sólo que ignoran que el arte también tiene su momento y ese momento lo elige el artista. Para los cuentachistes cualquier situación es buena y a veces hacen chichones como melones. En cambio, los auténticos humoristas, los que crean el chiste, sí saben esperar su momento. Por cada humorista, como Miguel Gila, que se pueda mencionar en España se hicieron famosos contadores de chistes que jamás crearon ni uno sólo, pero tenían su gracia para contarlos. Paco Gandía, Chuiquito de la Calzada, Arévalo, Eugenio y muchos más están en esta lista. Estos al menos los contaban muy bien, porque contar bien un chiste no está al alcance cualquiera. Recuerdo una anécdota de cuando Franco venía a visitar a su consuegro en la finca que tenía en Mancha Real, solía llamar a Juan Pedro Toledano, un ganadero y agricultor de Jaén que tenía una finca colindante. Al dictador le gustaba escuchar las ocurrencias de Juan Pedro. Un día, al llegar Juan Pedro a Arroyovil, Franco le dijo:”Juan Pedro ¿ha visto usted ese lujoso coche que hay aparcado en la entrada? Pues llegará el día en que cada español tendrá un coche como ése” Juan Pedro sonrío y le contestó: “Pero, excelencia, ¿aquí quién ha venido a contar chistes, usted o yo?”. Aquellos eran tiempos de dictadura y ahora son tiempos de democracia, pero las cosas no han cambiado mucho. Los políticos también se suman a contar chistes, mucho más en tiempo de elecciones. Y maldita la gracia que nos hacen.