Contactos

Es evidente que las ovejas viven de los pastos y los políticos de los pactos. Hay diferencia en el género, pero tanto las unas como los otros lo que buscan es poder comer cuanto más mejor. A las ovejas las guía un pastor mientras a los políticos los guía el interés por gobernar y coger el mejor sillón que puedan. Como siempre ha sido así el método se ha hecho lógico y a nadie le extraña. Y también es lógico que a los pactos se llegue a través de contactos que en ocasiones son numerosos e interminables, porque nadie regala nada e intenta sacar el máximo rendimiento a su apoyo. Y en ese momento tan complicado estamos ahora. Quedan pocos días para formar Gobierno y las cosas no están nada claras, al menos por lo que nos cuentan, porque en esto de los pactos suele existir bastante secretismo y no pocas sorpresas. A cinco días de cerrarse la subasta, las ofertas y las demandas se siguen produciendo y también las cábalas de los españoles. Pronto saldremos de dudas porque de una manera se llegará a un acuerdo que permita a Pedro Sánchez confirmarse como presidente legítimo del Gobierno español. Y ya estaremos cuatro años —supongo— sin que nos den la lata con las elecciones. A partir del día 21 sólo nos darán la lata con sus formas de gobernar que, lógicamente, no serán del gusto de todos, como no lo ha sido para los empresarios esa obligatoriedad de que los empleados fichen para controlar las horas reales de trabajo. Ante esta nueva etapa de gobierno, esta vez socialista, a mí no me queda otra cosa que hacer que desearles mucha suerte, sobre todo a los ciudadanos. Por estos pagos jaeneros futbolísticos se echan de menos otros contactos que son muy necesarios para lo que le espera al Real Jaén una vez terminada la Liga. Se echa de menos el contacto que ha perdido Antonio López con el gol. Se sabe que lo del gol va por rachas, pero la negativa del goleador del equipo blanco, que fue pródiga, impresionante, se está prolongando. Afortunadamente su eficacia —ayudado por el resto— no hizo falta para que el Real Jaén se proclamase campeón de su grupo, pero ahora sí se hace muy necesario que ese contacto con el gol del ariete blanco reaparezca. Ganas no le han faltado nunca. Tal vez le faltó una mayor y mejor asistencia del equipo al que le cuesta demasiado acabar las jugadas y poner el balón al alcance del delantero para que éste, como ha hecho tantas veces, las culmine. Vamos, Antonio.