Constitución y patriotismo

Me gusta —una vez al año— escribir de la Constitución con el respeto que merece y rendirle tributo por los más de cuarenta años de estabilidad política que los españoles le debemos que, por desgracia, parecen llegar a su fin. Los alemanes, tras la Segunda Guerra Mundial y su cruel desengaño, acuñaron el concepto de “patriotismo constitucional” que, años después, Jürgen Habermas se encargó de divulgar; en España fue saludado y difundido desde la izquierda, que lo abandonó tan pronto como los populares hicieron uso de él; tenemos esta carencia: el orgullo patriota. La Constitución es un conjunto de normas y de valores que invitan a la libertad, la justicia, la igualdad y al pluralismo político, de lo que nos debemos enorgullecer; la patria, como aparece en el artículo 2, es una, común e indivisible de todos los españoles; si en las periferias pretenden lo contrario, van contra la Constitución; igual que atentan contra ella los políticos que “palabrean” de pluralidades nacionales. Nuestra vieja Carta Magna no merece los ataques que recibe de quienes la juraron; ni debe morir a traición; si ha de ser cambiada, recursos tiene para ello, desde el respeto; “de la ley a la ley”, ¿les suena?.