Con la poetisa Maribel Andrés Llamero

    29 dic 2020 / 13:15 H.
    Ver comentarios

    Maribel Andrés Llamero (Salamanca, 1984) realiza su tesis doctoral en Filología Hispánica en el ámbito del estudio del bilingüismo literario luso-español en la Universidad de Salamanca. Licenciada también en Filología Portuguesa y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, trabaja como profesora asociada de literatura en el departamento de lenguas modernas en la Universidad de Salamanca, al mismo tiempo que imparte clases de lengua y cultura españolas a extranjeros. Como creadora también ha representado piezas breves de dramaturgia. Ha publicado los poemarios La lentitud del liberto (2018) y Autobús de Fermoselle (2019).

    Ante el caos de la civilización actual la única resistencia posible es la íntima, la individual, la de quien se erige salvaje. A través de lo íntimo se hace suyo el territorio y desde ahí se enfrenta a las imposiciones cotidianas. La lentitud del liberto opone la lucha solitaria a la “mayoría”, desde grandes temas actuales (el centro comercial, las redes sociales, la pobreza) hasta la simbología de la naturaleza, el sustrato bíblico o la cultura grecolatina. En la antología Insumisas: poesía crítica contemporánea de mujeres, cuya selección y edición es de Alberto García-Teresa, se citan de La lentitud del liberto los versos del poema Qué mal hicimos: /Bajo un cielo naranja enemigo/ se levantan amargos vendavales/ de ortigas y punzones y los hombres, / qué mal hicimos, / amanecemos con los pulmones llenos de gris/ al asfalto que acuchilla de calor/ las plantas de los pies, a las aceras filosas/ donde reptar con manos ensangrentadas.

    Con su segundo libro, Autobús de Fermoselle, gana en textura reflexiva con un regreso a las raíces “que tiene algo de antropología doméstica y de arqueología por la memoria” como indica Luis Bagué Quílez en Babelia de “El País” (15-07-2019). El retablo familiar, las coplas populares y el léxico propio de las labores agrícolas se mezclan con los artificios del progreso: el espejismo de la globalización en los rótulos de los comercios, el contraste entre el verano natural y el verano envasado de los anuncios de cerveza, o el acontecimiento mágico de una vuelta ciclista que dejó a su paso “una estela en nuestra imaginación / y tres botellines”. Leyendo entre los versos de Autobús de Fermoselle el poema titulado La nieta del molinero: / muele el trigo molinero/ muele pan/ son sus manos morenas/[...]/ guarda la maquila o el dinero/ de los que vienen de Gema Jambrina y Moraleja/ a Casaseca/ muele pan pan pan/ muele/ el hijo del molinero corre y juega/ y me sueña dormido/ entre sacos calientes/ muele/ ochava media ochava y fanega/ sólo muele por el día/ si lo hiciera por la noche/ la Guardia Civil/[...]/ el trigo en la panera/ la cebada en el costal/ la piedra para el cuerpo/ [..]/ muele/ sonríe la tolva está lista/ la piquera con grano/ [...]/la tierra/ muele/ el molino que no conocí/ la espalda/ el alma/ Castilla/ muele/ muele la tierra/ muele/ a mi abuelo.

    Articulistas