Coles y Covid-19

    13 jul 2020 / 16:25 H.
    Ver comentarios

    La nueva normalidad nos trae de cabeza, y no es para menos. En las calles encontramos de todo, como en botica, que diría mi abuela. Tenemos quienes viven con el miedo incrustado en sus mentes, quienes consideran que esto ya ha pasado y quienes vemos que lo que puede estar por venir sea un confinamiento más agudo del que hemos tenido que soportar. Mi miedo personal es el de la vuelta a las aulas. Nos vemos dirigidos a los docentes por personas que jamás han pisado un aula y que desconocen por completo la situación que en ellas se vive. Clases saturadas con ratios de 25 para Infantil y Primaria, y de 30 y 35 para Secundaria y Bachillerato. Realmente es un número muy elevado de alumnado para que pueda ser atendido al cien por cien con la atención individualizada que nos exige la legislación vigente, pero el profesorado somos la caña y nos buscamos la vida para que así sea. Añade a esto unas instalaciones pequeñas, donde en muchos casos los pupitres del alumnado son mesas dobles y apelotonadas porque realmente no caben. Suma que cuando lleguemos en septiembre hace un montón de calor y conforme llega el invierno la calefacción tiene que rendir al cien por cien porque hace frío y trabajar con nuestros menores con el abrigo puesto les resta atención. Podríamos hablar de unas cuantas más de circunstancias adversas a las normas que nos exige la nueva normalidad, y es que ¿cómo haremos para guardar las distancias de seguridad? Es imposible, así sin más, si ya no caben en las aulas, imagínate tú si tenemos que organizar las aulas repartiendo los pupitres con una distancia de metro y medio o dos metros entre ellos... Más de la mitad del alumnado se queda fuera del aula, vaya. ¿Cómo garantizamos las medidas de higiene? Obviamente, los alumnos deben venir aseados de casa, pero la mañana es larga, y se tocan la cara, y los ojos, y desayunan, y se mueven, y apelotonados se suda... lo que viene siendo lo normal en cualquier persona, no solo en nuestros menores y adolescentes... ¿Será suficiente el botecito de gel hidroalcohólico? ¿Cómo controlamos los docentes que nuestro alumnado no se quite la mascarilla o no mantengan contacto físico en un aula saturada? ¿Alguien puede explicarme qué van a hacer aquellos docentes que son personal de riesgo pero que en su resolución les dicen que pueden trabajar pero guardando las medidas de seguridad establecidas? Porque además del alumnado, en los centros escolares estamos docentes y personal no docente que estamos en riesgo. Y otra duda que me asalta son las entradas y salidas de los colegios e institutos. En los coles, esas mamás y esos papás esperando a su prole, que no hay acerado que soporte ya en condiciones de la antigua normalidad, como para que la nueva normalidad pueda abarcar a tanto personal esperando a las puertas. Ya no digo nada del alumnado de Infantil, que normalmente las familias entramos a los patios a recoger a nuestras criaturas. ¿Y las directivas de los centros educativos sobre las que recae tantísima responsabilidad amparándose en la autonomía de los centros? Yo siempre he pensado que esa autonomía era pedagógica, pero resulta que a las directivas se les ha “otorgado” un poder de tan altísima responsabilidad que están saturadas y expuestas a un riesgo mucho mayor. No lo sé, yo solo soy docente, pero estoy segura de que la solución no es una antigua normalidad llamada nueva para que nos asuste menos. Ha quedado patente que la figura del profesor o maestro es indiscutible, y su labor presencial es más que importante en la vida escolar de una persona. Las teleclases nos han salvado el culo como sociedad, pero han dejado a la luz una cantidad de brechas enorme que en septiembre no habremos puesto solución. La solución era sencilla, bajada de ratios y aumento de plantilla. ¿Qué no hay sitio? Mire usted, con la de coles que nos cierran y con la de instalaciones municipales y propiedad de la Junta de Andalucía que tenemos se podrían haber reorganizado al alumnado de los centros escolares públicos. Así de sencillo. Por dar una solución rápida.

    Articulistas