Coherencia en la creencia

    07 may 2017 / 10:51 H.

    Mi queridísimo don Antonio: Estará de acuerdo con la hija de Francisca y conmigo, en que las creencias marcan determinantemente nuestra vida. Lo único que varía, para cada uno, es la importancia que les demos en nuestras decisiones diarias. Y si hablamos de creencias religiosas, ya sabe, estamos muchos, demasiados, que decimos ser católicos, o de otra religión o, incluso, ateos, y manifestarlo, pero no ser coherentes con lo que decimos. El católico puede decir ser católico, pero luego no cumplir con algunos mandamientos intencionadamente, con lo que habría creado su religión a la carta. Lo coherente es conocer bien la religión y luego vivirla. Pero cuidado con las creencias cuyos principios promueven cualquier forma de violencia desde el egoísmo y la imposición. Y entiendo, humildemente, para reflexión de cada cual, que habría entonces que plantearse si una creencia que invita a la violencia es creencia o invento del diablo. Lo que sí tengo claro, sé que usted también, es que nuestra religión no tiene principio alguno que propugne violencia ni egoísmo; por eso la seguimos, usted, la hija de Francisca, y yo.