Cine de coplas

15 may 2019 / 11:19 H.

Amí me siguen gustando aquellas películas españolas de los años cincuenta —incluso antes— en las que las mejores figuras de la copla y el flamenco eran sus protagonistas. Unas películas que en la actualidad no se hacen, no sé si porque no hay figuras capaces de ejercer un fuerte reclamo o porque a los espectadores de hoy ya no les interesa. Yo me inclino más por lo primero. Cuando yo era un chavalín, los cines se llenaban para ver las películas de Concha Piquer, Juanita Reina, Imperio Argentina y Lola Flores, o de las figuras masculinas como Juanito Valderrama y Manolo Escobar y, entre medio, las que interpretó Antonio Molina, el cantaor de copla más impresionante de los que yo he conocido. Las películas de todos estos cantaores eran un éxito asegurado de público. Algo que no consiguió plenamente con ninguna de sus dos películas Isabel Pantoja y, apurando, tampoco Marifé de Triana pegó muy fuerte en la pantalla a pesar ser haber sido una de las más grandes tonadilleras españolas. Sin ir más lejos, este pasado fin de semana disfruté viendo por enésima vez en la tele dos películas, “El pescador de coplas” y “Esa voz es una mina”, interpretadas por Antonio Molina en los años 50. Yo admiré al magistral cantaor malagueño, al que tuve la suerte de ver en persona y en directo en el desaparecido Teatro Cervantes, que estaba totalmente abarrotado. Nada extraño si tenemos en cuenta que Antonio Molina llenaba los tendidos de las plazas de toros. Dicen algunos que fue el primer cantaor que utilizó las plazas de toros para cantar. No lo creo, porque muchos años antes yo ya veía en nuestra plaza de toros a cantaores como Pepe Pinto, Manolo el Malagueño y otros muchos más. Me gustaría volver a ver películas como “Nobleza baturra” y “Morena Clara”, de Imperio Argentina; “La Dolores” y “Filigrana”, de Concha Piquer, o “La Lola se va a los puertos” y “Gloria Mairena”, de Juanita Reina. De algunas de ellas se hicieron nuevas versiones más modernas, ya en color, interpretadas por otras tonadilleras también muy importantes, pero para mí no tienen el mismo sabor. Veo muy poco cine actual, porque son los efectos especiales los protagonistas y restan humanidad a la historia. El cine que me gusta lo busco en el ordenador y siempre encuentro alguna muestra de aquel cine de mis tiempos donde imperaba el blanco y negro y donde encuentro a los actores y actrices a los que admiré.