¿Chatear es conversar?

Asombro e inquietud nos producen las aplicaciones para móviles, tabletas... pues modifican nuestros hábitos de vida y nuestra mentalidad, en aspectos positivos y negativos. La psicóloga Sherry Turkle critica en sus libros los peligros que padecemos al renunciar a la palabra viva, dada y hablada en conversaciones directas, cara a cara, y limitarnos cada día más al tecleo y chateo del whatsapp, twitter y otras apps en los trabajos y demás tareas diarias. En su estupendo libro, “Reclaiming Conversation”, diagnostica una adicción a la multiactividad digital, una falta de educación moral, pues nos ignoramos, aun estando juntos, para atender a los chateos digitales, además de una general obsesión por compartirlo todo en el espacio digital: “I share, therefore I am”, comparto, luego existo, en versión cartesiana. Unos cambios impredecibles de los modos de vida de millones de humanos en las familias y sociedades digitales: “As soon as they are alone, they reach for their phones”. En cuanto están solos, cogen sus móviles y a navegar. “Apps are designed to keep you on apps”. ¿Adicción digital? Como antídoto, la frase lapidaria de Descartes: “Bene qui latuit, bene vixit”, ¿quien bien se oculta, bien vive?