Chantajes reales

La migración, in o ex, en un mundo tan global como generalizado, provoca un debate intenso y controvertido. Habiendo sido el principal proveedor de mano de obra para la industria europea en un pasado muy cercano, y siendo el suministrador de personal cualificado, y mucho, para las locomotoras económicas actuales, hay que tener memoria para opinar. Aunque en la actualidad política es muy jodido definir el período memorizable: hay gente que aún vive la Guerra Civil y la dictadura franquista, y otros a los que ETA les parece un mal recuerdo borrable, por ejemplo. Y si resulta polémico hablar de los desplazamientos de personas para lograr una vida mejor, qué decirte de las monarquías...Pero claro, comparar la “democracia” venezolana con la alemana es como comparar los Reyes españoles con el marroquí, por ejemplo. No veo yo a Felipe mandando niños a Portugal por una rabieta diplomática. La oleada que ha invadido España, promovida, presunta, explícita y deleznablemente por el Jefe del Estado vecino, es un drama humano, inaudito en estos tiempos. Y, una vez llegadas esas personas, esos seres humanos, al territorio nacional, debemos hacernos cargo de ellos, vengan de nadar 20 metros o de caminar 500 kilómetros. Y actuar rápida y firmemente, porque las decisiones se toman en caliente, aunque luego le pongamos otro nombre.