Canción apócrifa

Escúchame, cariño. Que no. Que solo fue una noche. Que ese que dicen que sale en los periódicos no soy yo. O sí. Pero esas chicas solo me sacaron a bailar y en cuanto paró la música me fui a la mesa con los camaradas a seguir con nuestras tonterías. Ya sabes cómo somos. Empezamos con unos vinos y se nos lía la cosa. Y más con esos tipos que vinieron a pedirnos la receta del mojo picón. Todo esto es un montaje, una trampa, amor mío. Si en el prostíbulo de enfrente estaban los otros dándolo todo y nadie dice nada. Cuando salió la foto del gallego en el yate con aquel narcotraficante no hubo tanto revuelo, y ahora la que se monta por una noche de negocios, que esto lo hacemos por la tierra. Me ha dolido tu mensaje, que me reproches mi falta de compromiso, que digas eso de que el lobo del fascismo está más vivo que nunca, al acecho de asuntos como este para que digan que todos somos iguales. No. Tú sabes que yo no. Cuántas veces hemos oído juntos la discografía completa de Sabina. Me lo he currado mucho para llegar hasta aquí y solo por una noche loca no puede irse todo al traste. O dos. Pero amor, coge por favor el teléfono. Cariño. Vida mía.