Cada vida
importa

La vida sigue su curso. Ahora que nos visita el virus del monotema, nos olvidamos de otros temas no menos importantes. Hay otras epidemias en el mundo, aunque “la corona” se lleve el premio de pandemia. Por ejemplo, en el Congo, 6.000 personas, la mayoría niños, han perdido la vida por un brote de sarampión que comenzó a principios de 2019. Siria sigue en guerra y esta tiene ya la edad de una triste niña de 9 años. La de muertes que Siria ha visto y la de gente que huye de las bombas. A mí, me importan todas las vidas. Me importa la vida de esa niña que en el Congo pilló el virus del sarampión y nada se pudo hacer por su vida. Me importa la del hombre que vive en Siria y ya no sabe cómo hacer para que sus hijos acepten la realidad, a través del juego. Ahora que tenemos este nuevo virus entre nosotros, entiendo las medidas y la contención, que si eso lleva a una crisis económica, también lo entiendo, en cierto modo. No entiendo de alarmismo y de histeria. Nos enfrentamos ante un virus nuevo y la comprensión y la empatía no podemos rechazarla. Intentar ser seres civilizados en un mundo irracional sé que es complicado pero seamos sensatos y sigamos valorando, con respeto y tolerancia, cada vida.