Bochornoso aplauso
Crece la camorra. Todos callados acogidos a su derecho a no declarar. ¡Ay del que tire de la manta! Por fin nos estamos enterando, por boca sobre todo de las “chicas de compañía” de Ábalos, de las andanzas del encarcelado Santos Cerdán. Han resultado ser más honestas que sus abusadores, esos cabecillas de las tramas que maniobraron para que Pedro Sánchez llegara a la Moncloa. Ya conocemos las sucias negociaciones de Cerdán con Puigdemont y Otegui para asaltar el poder en España. ¡Qué cruel la extrema derecha empeñada en derogar las leyes “progresistas” de este Gobierno! ¿Tienen derecho a protestar los pueblos, si se sienten estafados, asfixiados por regulaciones e impuestos que atentan contra sus derechos individuales? Cuando un donnadie es el que decide, con tratos en la sombra, el futuro de una nación; cuando se aplaude a los corruptos, la democracia deja de existir. España necesita una urgente regeneración democrática que impida convertir la política en escandalosa profesión. Que garantice la limpieza electoral y la transparencia de sueldos y salarios de todos los políticos y sus allegados. ¡No más mecanismos de distracción ni bochornosos aplausos!