¡Bienvenida primavera!

Las lluvias torrenciales por España y los ríos y presas desbordados quedaron atrás. La luminosa primavera nos visita como siempre por estas fechas. Tiempo hacía que no la esperábamos con verdadera vehemencia, sobre todo los pueblos y ciudades que han padecido inviernos tan crudos y con desastres ruinosos de riadas y desgracias personales. Pero como el refranero es tan sabio y para toda yaga tiene su medicina, nos alecciona. Prestamos atención al dicho: “Todo lo que tiene principio, tiene su fin”. Así que aquí nos encontramos escribiendo sobre tan luminosa primavera que entra por todas las ventanas de nuestra vivienda transmitiéndonos un soplo de cálida complacencia. No hay que decirlo muy fuerte ni alto, el tiempo es cambiante y nos hace quedar mal. Las nubes caminan a su antojo en estos tiempos y nos dejan con la miel en los labios. Ahora en los mismos albores de la Semana Santa, algo grande por vivir en Jaén, siempre cogidas de la mano estas dos fechas coincidentes, Semana Santa con la primavera. En estas tierras del Santo Reino, donde sí ha sido un año lluvioso y los ánimos están altos, se vive con verdadera fe cristiana esperando ver al Abuelo procesionar por la Plaza de Santa María y el barrio típico de San Ildefonso. Algo digno de ver y sentirlo.