Banderas y banderías

El día 21 de septiembre se reunió el presidente del Gobierno con la presidenta de Madrid. Diálogo con decoración apabullante de banderas en pareja o en interminable friso. Aquello representaba otros tiempos y lugares que difícilmente se olvidan. Por lo que se ve todo lo que importa es la parafernalia, el decorado, la importancia dada a ikurriñas, señeras, constitucionales o franquistas, autonómicas. Trapos que un día están y otro se les cambia. Pero lo real, la eficacia, es secundario. En esta (y otras que parecemos olvidar) crisis han demostrado los portadores de esas banderas poca si no nula iniciativa útil y coordinada (en beneficio de la totalidad de la ciudadanía). Cada cual según sus incapacidades e incongruencias. Y así nos va. La acción unitaria una utopía. No pido ir para atrás, pero sí reformular las estrategias y cauces necesarios y fijos para que esta situación no se repita; porque, me pregunto: ¿existen órganos permanentes que coordinen cada departamento central con el autonómico correspondiente día a día? Porque no se puede esperar a que surjan las dificultades para crearlos.