Azul y claro

    06 ene 2023 / 16:52 H.
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    En este luminoso mes de enero, en un día tan especial como el de Reyes, no puedo hablar sino de la ilusión de los niños. Y lo hago con cierta pena, porque mis hijos han crecido, y en sus caras ya no se refleja la fascinación por los juguetes nuevos. Todo está escrito sobre esta fecha tan señalada en el calendario cristiano y, a la vez, ¡hay tanto que contar! En cada casa, cada niño vive el día de forma distinta. En los hogares acomodados, los Reyes han sido generosos, juguetes y aparatos electrónicos de última generación, multitud de paquetes para abrir y olvidar. La excitación del momento deja paso a la indiferencia, pues es complicado mantener la atención en una sola cosa cuando son tantas las que te rodean. En las casas más humildes, los regalos son más baratos y llegan en menor cantidad, pero no creo que esos niños sean infelices, la ilusión es la misma, sino mayor, pues disfrutan de cada juguete con más intensidad. Cuando era pequeña, al cestito que ponía mi hermana mayor en la ventana, solo llegaba un regalo para mí, el juguete más esperado del año, y lo trataba con tanto cariño que solía durar hasta el año siguiente. Eran otros tiempos, pero el cielo de enero también lucía azul y claro.

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