Ay Jaén, mi Jaén

Ay Jaén mi Jaén de mis jaenes, como te golpean, noche día y hasta en los atardeceres. En este tiempo de soledad y silencio, de murmullo y de lamento, no haces ruido de esperanza, sino jaleo de tormento. Cuando no te dan lo que Santa Rita debió proteger, te quitan lo que a lo callando, chita, te tocaba recoger. Cuán difícil es soñar con esperanza, cuando los carteles de se alquila llenan escaparates, y no abren a semejanza, esto suena ya a disparate. Si ya la crisis con el Santo Reino se cebaba, vino una pandemia sin aliento a arrancarnos de la faz la baba. Los viejos envejecen y los jóvenes migran con la e, que cuando es venir no es con la in, pero al perderlos sí nos vale el emigré. El del casi centenario es el último capítulo, esos conatos de empresarios logran la cuadratura del círculo. Un campo roto que se derrumba íntegro, si ya comenzó esa historia con mala foto, el presente solo lo supera el futuro mísero. Veremos y esperemos ver, a esa gente humilde y luchadora, como nos sacan del abismo del no creer, y se torna en nuestras salvaoras. Porque amigo, no esperemos mucho de esos gestores, que no perdonan dieta sin rencores, apretemos los de abajo y el día a día, porque en caso contrario, nos vamos al...carajo.