Arrabales
de la política

    01 mar 2019 / 12:23 H.

    Igual que el tango surgió en los arrabales de la ciudad, los partidos políticos parecen empeñados en instalarse en los arrabales de la política, si por política se entiende, desde un sentido ético, la disposición a obrar en sociedad influyendo o utilizando el poder público organizado para lograr el bien común. Sin embargo, si consideramos la definición de política como lucha (así lo hace Maurice Duverger), combate, entre individuos y grupos para conquistar un poder, que los vencedores utilizarán en provecho propio y en perjuicio de los vencidos, entonces son las aspiraciones éticas de esas actuaciones las que quedan arrinconadas en los arrabales o suburbios de la política. La influencia anglosajona nos hace valorarla, con el término “politics”, como el conjunto de juegos y relaciones de poder entre los diversos actores sociales que, por tener intereses enfrentados, intentan conseguir el consenso de las demás fuerzas o la imposición, si pueden, de normas que regulen los diversos estratos de la vida social y que favorecen a aquellos sectores sociales acordes con su ideología. En este caso, la objetividad, el equilibrio, así como el bien común, en la toma de decisiones, son arrabaleros. Seguro que ustedes conocen casos e identifican con facilidad estos arrabales y más en la época electoral que estamos.