Apuntes flamencos
Aunque algunas cabezas locas piensen lo contrario, Jaén es flamenco hasta la coronilla. Flamencos de pro los ha habido a montones. Como ejemplo pondré a Rafael Valera y Leovigildo Aguilar, Antonio Anguita, Joaquín Sánchez Martínez, la pipirrana flamenca de Mancha Real, el andujano Estepa, el buen hacer de radio Andújar, Melgarejo, el festival de Pegalajar, sin olvidar a Linares tarantero y minero. Póngale el palo que desee a esta mi copla: la Catedral de Jaén tiene rayitos de sol y luna y encajes en su vestido. Ahora no viene mal unas de mis soleares: si fueras mi confesor, contigo me confesaba para decirte cuatro cosillas cuando te miro a la cara. Tengo celos del aire, porque te toca el vestido sin permiso de nadie. Este fandango no es hiriente, pero sí está cargado de pesadumbre y miseria: en la casa del pobre, las cuentas no tienen solución, dos y dos no son cuatro, así lo sume Dios. Ahora, por bamberas, el columpio del cante de romerías: no te subas a la bamba, que me pue’o mareá’, que ya estoy marea’íto de las vueltas que das. Y no puedo olvidar el cante de las minas: al Coronel de Linares, le dedico este cantar: la taranta, como la madre, es amor muy especial, que navega por mi sangre, como barquito por la mar.