Apagó el volumen
Volviendo este verano de hacer algunas compras en Linares y conduciendo por el centro de la ciudad nos llamó la atención una conducta sencilla y honrada de un joven conductor. Por una calle principal ese veinteañero adelantó con su coche tuneado, con el volumen de su equipo de música bastante alto, como 100 decibelios, como un tubo de escame muy ruidoso, pero sonaba una preciosa bachata o cumbia colombiana muy bailona y melódica. De frente venía un coche de la Policía local, en ese instante apagó el volumen de la música y tomó otra calle. Su conducta fue instintiva y a la vez indicativa de que ese joven conductor respetó a la Policía local para evitar la contaminación acústica con su vehículo, de lo contrario podría recibir una amonestación y/o multa. Quizá a los pocos minutos volvió a llamar la atención de los viandantes subiendo el volumen otra vez, pero al menos tuvo ese reparo moral de respetar a la autoridad policial. La educación moral en la familia, en los centros educativos, en los medios de comunicación y en las redes sociales es prioritaria para que las leyes sean cumplidas y apenas haya que recurrir a la fuerza policial.