Ante tanta crueldad

    09 mar 2022 / 16:42 H.
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    Ya que parecía que levantábamos cabeza de la dichosa pandemia que tanto ha trastocado nuestras vidas, la guerra de Rusia con Ucrania nos golpea de nuevo y nos cuestiona como seres humanos. Que la vida de tantas personas cambie en cuestión de horas por culpa de un desalmado y sus seguidores, es difícil de creer; que la sinrazón y la locura provoque tanta destrucción, es difícil de creer; que el ser humano sea capaz de provocar tanto sufrimiento, es muy difícil de creer. Pero es cierto, lo que no queríamos que sucediera está sucediendo; lo que no éramos capaz de imaginar, está siendo una realidad; lo que se quería evitar, ha sido imposible pararlo. Por ello esto nos cuestiona como seres humanos, porque lo que está sucediendo en Ucrania no es humano. Me hacen reflexionar estas dos frases que circulan por las redes: “Si los cobardes que deciden las guerras tuvieran que ir a luchar en ellas, viviríamos todos en paz”; “la guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”, el mundo al revés. Por ello, esta situación nos tiene que interpelar y encaminar a vivir en una cultura de paz y diálogo. Ya sé que esto puede sonar a utopía, pero prefiero vivir motivado por la utopía, que estar instalado, acostumbrado a contemplar la guerra. Porque no es solo en Ucrania, en otras muchas partes del planeta la guerra es la forma de resolver conflictos. Prefiero vivir interpelado por tantas muestras de solidaridad con el pueblo ucraniano, que vivir desesperanzado ante la cultura de la muerte, la mentira y el partidismo. Muestras de solidaridad que sí son humanas, que me conmueven, que me transmiten esperanza, que me demuestran que merece la pena luchar por un mundo mejor, que me hacen creer en la bondad del ser humano. En nuestras manos no está la solución a esta guerra, pero con nuestras manos, ante tanta crueldad, podemos tejer redes de solidaridad, conmover corazones, construir pensamientos para que no existan cobardes que decidan guerras, que vivan valientes que tengan la paz por bandera.

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